Su nombre real:
Al nacer fue bautizado como Leandro Antonio Alén ; en su infancia, el padre fue muerto en la horca, lo que le vale el apodo de "el hijo del ahorcado", motivo por el cual recibe permanentes burlas. Al crecer cambia su apellido a Alem para distanciarse de tan doloroso suceso.
Es erróneamente llamado Leandro Nicéforo porque firmaba "LN" en abreviatura de Leandro y, al ser consultado en una oportunidad sobre aquella N respondió : ¿N de qué? pues N de nada.
(Del Mazo, Gabriel (1955). El
Radicalismo. Tomo I. )
La Poesía de Leandro Alem o un poeta olvidado:
Leandro Alem es el gran
olvidado de la poesía argentina - afirma Gualberto Reynal, poeta, escritor,
actor, historiador platense , en su libro “La poesía de Leandro Alem (1985).
Aquí les dejamos dos poemas de su autoría.
Fantasmas que giráis
sobre mi frente, negras visiones que agitáis mi alma, ¿qué queréis? y ¿quién os
manda del abismo para llenar de sombras mi morada y ¿ Sois, acaso, funestos
mensajeros que a presagiar venís nueva desgracia? y ¿ no queréis que en la vida
me ilumine ni el débil resplandor de una esperanza ?
¡Mirad ! ¿No véis la
tenebrosa lucha en que mi noble corazón desangra y pues bebiendo por horas el
acíbar ni un quejido he lanzado.. .y ni una lágrima !
¡Ah ! si venís con el
siniestro intento de que incline mi frente en la batalla, ¡volved sombras
impías al abismo porque es muy grande la virtud de mi alma !
Desde el primer instante
en que mis pasos al tumulto social se aproximaban, sentí sobre rni frente
candorosa el hálito fatal de la desgracia.
Y al buscar del hermano
la sonrisa, desdeñoso y cruel me dio la espalda, y huérfano y errante entre el
tumulto las sombras de las tumbas me rodeaban.
Pero ¡Adelante! -dije -
que en la lucha, se retemplan mejor las grandes almas, cuando inspiradas por la
voz de Cristo al porvenir dirigen sus miradas.
Fantasmas que venís en
torno mío para eclipsar la luz de la esperanza, ¡volved a sepultaros al abismo:
¡Yo no inclino mi frente en la batalla!
PRINGLES (escrita en
1869)
Que la enlutada lira de
mis quejas
rasgue hoy el velo que
el dolor formara
y en vigorosas notas
lance al mundo
un himno que profano
haga inflamar…
Ángeles de las horas silenciosas
si hasta
allí del inmortal llega
y es cierto
que poesías a la luz del cielo,
hacedla aquí
en mi frente reflejar.
Digno es el
héroe que mis cantos pide
de una
armonía eterna-que en los mundos
y en los
tiempos que vengan, sus virtudes
brillen en
un recuerdo perennal.
Digno es el
mártir de una grande idea
de grabar a
través de los profundos
abismos de
la muerte, su renombre
de la
historia en página inmortal
Entre las rojas nubes del combate
allí donde
el incendio era terrible
y el fragor
de las armas que chocaban
y el trueno
repetido del cañón.
¿No habéis
visto elevarse una figura
gentil,
gallarda, hermosa e impasible
ante el
peligro que la muerte enseña
conmoviendo
el m+as fuerte corazón.
¡Ese es Pringles!-el
héroe romanesco
cuyas
hazañas celebrar quisiera,
con
hermosos cantares que en mi pueblo
las gentes
repitieran con afán.
Pringles es
–el ardiente caballero
que como el
rayo del combate hiciera
temblar
esas legiones poderosas
que ante su
arrojo amedrentadas van,
¡Pringles!...Él solo con sus hechos forma
un poema
inmortal : -chispa del cielo
templó sin
duda esa alma tan virtuosa
vino a
inflamar tan noble corazón.
¡Oh! Quién como él en el desastre mismo
escribe-no
una página de duelo
sino el
rasgo más grande de la historia
del
pueblo que hoy le rinde su ovación…