15 de abril
de 1452
Nace en
el pueblo toscano de Vinci, cercano a Florencia, el pintor Leonardo da Vinci,
uno de los grandes maestros del Renacimiento.
¿Sabías
que, además de ser pintor, escultor e inventor, escribió un libro de cuentos?
El
libro se llama “El ave extraordinaria y otros textos"
Debajo encontrarán el cuento que le da nombre a la antología. ¡A disfrutarlo!
EL AVE
EXTRAORDINARIA
LEONARDO DA VINCI
LEONARDO DA VINCI
Hace mucho tiempo,
un viajero recorrió medio mundo en busca del ave extraordinaria.
Aseguraban los
sabios que lucía el plumaje más blanco que se pudiera imaginar.
Decían además que sus plumas parecían irradiar luz, y que era tal su luminosidad que nunca nadie había visto su sombra.
Decían además que sus plumas parecían irradiar luz, y que era tal su luminosidad que nunca nadie había visto su sombra.
¿Dónde encontrarla?
Lo ignoraban. Desconocían hasta su nombre.
El viajero recorrió el bosque, la costa, la montaña.
El viajero recorrió el bosque, la costa, la montaña.
Un día, junto al
lago, distinguió un ave inmaculadamente blanca.
Se acercó con sigilo, pero ella sintió su presencia y levantó vuelo.
Se acercó con sigilo, pero ella sintió su presencia y levantó vuelo.
Su sombra voladora
se dibujó sobre las aguas del lago.
"Es sólo un cisne" se dijo entonces el viajero, recordando que el ave extraordinaria no tenía sombra.
"Es sólo un cisne" se dijo entonces el viajero, recordando que el ave extraordinaria no tenía sombra.
Algún tiempo
después, en el jardín de un palacio, vio un ave bellísima.
Estaba en una gran jaula de oro y su plumaje resplandecía en el sol.
Estaba en una gran jaula de oro y su plumaje resplandecía en el sol.
El guardián del
jardín adivinó lo que pensaba y le advirtió:
-Es sólo un faisán blanco, no es lo que buscas.
-Es sólo un faisán blanco, no es lo que buscas.
El viajero
incansable recorrió muchas tierras, países, continentes...
Llegó hasta el Asia
y allí, en un pueblo, conoció a un anciano que dijo saber dónde se encontraba
el ave extraordinaria.
Juntos escalaron una
montaña.
Cerca de la cumbre, vieron al gran pájaro incomparable.
Sus plumas, esplendorosamente blancas, irradiaban una luz sin igual.
Cerca de la cumbre, vieron al gran pájaro incomparable.
Sus plumas, esplendorosamente blancas, irradiaban una luz sin igual.
-Se llama Lumerpa
-dijo el anciano-. Cuando muere, la luz de su plumaje no se apaga. Y si alguien
le quita entonces una pluma, ésta pierde al momento su blancura y su brillo.
Allí terminó la
búsqueda.
El viajero volvió a su tierra, feliz, como si una parte de aquel resplandor lo iluminara por dentro.
Y aseguró que el plumaje de Lumerpa era como la fama bien ganada y el buen nombre y honor...
El viajero volvió a su tierra, feliz, como si una parte de aquel resplandor lo iluminara por dentro.
Y aseguró que el plumaje de Lumerpa era como la fama bien ganada y el buen nombre y honor...
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